Capítulo 2 Nueva Realidad

domingo, 15 de julio de 2012.
Capítulo 2 Nueva Realidad

No le quedó otra que hacer uso de los pocos poderes que era capaz de usar rodeado de uno de los elementos que no controlaba, el agua.
En el aire, giró un poco el torso hacia atrás y lanzó con toda la puntería de la que era capaz el cuchillo a la boca abierta del bichejo negro que estaba delante de la humana, porque al acercarse tanto a ella e inhalar su aroma, supo de inmediato que no tenía ni una maldita gota de demonio en la sangre, lo cual descartaba las otras posibilidades que quedaban. No supo si llegó a acertar la diana porque bastante tenía con luchar contra el otro sin arma alguna.
Con una agilidad inhumana, aterrizó sobre la viscosa piel del monstruo. Miró momentáneamente hacia Cross y la chica, aliviado de ser un As en el arte de lanzar cuchillos, el otro monstruo había quedado fuera de combate, y la humana estaba saliendo del agua con un velo de terror en la cara. Alzó el puño en el aire intentando golpear a la cosa que siseaba en algún idioma extraño y maldijo cuando uno de sus tentáculos le agarró de una pierna hundiendo todo su cuerpo en el agua.
¡Mierd…!
Tanto Akrios como el bicho desaparecieron bajo las aguas cristalinas, y desde donde estaba Odesa no se podía distinguir nada. La chica intentaba salir del lago mientras iba mirando hacia atrás. Se congeló cuando el ser con cuernos era arrastrado al agua. Instintivamente apretó los ojos con fuerza cuando sintió unas manos tirando con fuerza de ella hacia la orilla, y es que el tal Cross había entrado al agua desobedeciendo la instrucción que le había dado el otro para ayudarla a salir.
Ambos acabaron sentados en el suelo jadeando a unos pocos metros de las primeras ondas de las aguas. El rubio se percató que algo abultado nacía de los pectorales del chico que iba a resultar ser… una chica,
¿Esto es real? preguntó Ody, incapaz de creérselo.
¿…Te parece lo que acaba de ocurrir poco real? —él abrió los ojos de par en par.
¡Sí! Explotó haciendo un gesto con ambas manos¡Este sueño… esto  recorrió el baldío con la mirada— …esa cosa…. Y él… que acaba de… morir!
No está muerto —bufó sonrió de lado— Es posible que le cueste hacerse a la lucha bajo el agua, pero se ha enfrentado contra monstruos peores la miró de lado—. Y más grandes con solo sus manos.
—Los monstruos no existen replicó Ody mirando poco convencida hacia las aguas—. Y este lugar es…raro.
Estamos en el otro lado y todo esto aquí es normal. ¿No recuerdas nada de tu vida aquí, Inicial?
“Estamos manteniendo una conversación tranquila y pausada mientras el otro se está supuestamente muriendo por mucho que digas, rubito.” Se dijo ella. “Nada de esto es normal.”
¿Con aquí a qué te refieres? preguntó ella de pronto, a lo que él alzó una ceja.
A Daeman, nuestro mundo. ¿A qué más me iba a referir? frunció el cejo como si estuviera intentando leer en su mente y al momento levantó la mano señalando al cielo a su derecha.
Odesa siguió con los ojos la dirección en la que señalaba el rubio y los pulmones se vaciaron de aire. Abrió imperceptiblemente la boca y jadeó.
“Imposible….”.
En lo alto del cielo azulado había dos hermosos planetas, o lunas, Odesa no sabía bien qué eran exactamente, y por mucha bromita que intentaran hacer, poner dos mundos tan brillantes y reales en el cielo en pleno día era algo imposible.
Estoy soñando… Sí, eso es intentó convencerse.
Para nada el otro se rió palmeando el hombro de la chica—. Recuperarás la memoria, tranquilo.
No he perdido la memoria susurró y él alzó una ceja cuando una tos proveniente del lago llamó su atención. El otro estaba saliendo del agua bamboleándose perfectamente entero, pero Odesa ni se percató de ello.
No te esfuerces mucho, es normal que tengas lagunas mentales tras un golpe en la cabeza Cross se levantó y le tendió una mano para ayudarla a levantarse. Ella seguía con la mirada fija en esos dos mundos.
Akrios llegó hasta donde estaban y maldijo entre dientes por haber perdido el cuchillo de hoja ondulada.
Estarás contentagruñó dirigiéndole una mirada gélida que pasó inadvertida por ella, ya que no le estaba prestando atención. De hecho no sabía ni que había salido del agua ileso.
Creo que está en estado de shock le susurró Cross disimuladamente a Akrios—. No seas duro con ella, seguramente ha perdido la memoria y…
No ha perdido nada a parte de su inexistente calzadole cortó—,  y que esté en ese estado es normal los pies de la chica estaban desnudos y polvorientos—. Es una puta humana.
¿¡Qué!? el rubio no quiso gritarlo, pero se le escapó y la miró horrorizado como si le hubiera salido un brazo extra o un ojo en la frente.
Esta vez ella había vuelto en sí y lo estaba mirando por aquél grito tan repentino
¡¿He tocado a una humana?! miró la mano con la que le había tocado el hombro y se sorprendió al ver que no se le había caído a cachos.
No hagas caso de todas las historias de desintegración que te cuenta el viejo Dharn bufó el otro —. Le encanta inventarse historias para no dormir.
Odesa estaba alucinada, la mueca que se dibujó en su cara no tenía precio.
—Si esto no es… un sueño… comenzó a balbucear mirando al demonio con cuernos que ya no tenía ninguna cicatriz en la cara, y que ahora lucía una piel totalmente brillante que lo hacía totalmente deseable.
La chica sacudió la cabeza tras ese pensamiento sin sentido y continuó con voz temblorosa.
—Sois de verdad… de verdad unos demo… —Cross se escondió tras el voluminoso cuerpo de Akrios. Ahora  el rubiales parecía tenerle miedo cuando momentos antes estaba charlando amigablemente con ella.
—Demonios —el ahora atractivo ser terminó la frase por ella.
¿Entonces, esto significa qué…? comenzó a decir.
—Significa que vas a tener que dar muchas explicaciones, chiquilla humana gruñó Akrios entrecerrando los ojos y perforándola.
—No… no soy una chiquilla… —tartamudeó, pues la fuerza de su determinación había desaparecido de un plumazo.
—Sí bueno, algo veo… —Ody, que le miraba fijamente a la cara, observó como en aquel momento bajaba los ojos y enarcaba las cejas en signo de ver algo evidente.
Llevó los ojos al mismo lugar que él, pero en un primer momento no encontró nada, sin embargo, de pronto se dio cuenta de su relativa desnudez. Ante ella veía como su pecho se alzaba con una respiración nerviosa, el pijama de verano mojado trasparentaba todo, y el viento frió que le cortaba la respiración había causado que no sólo se dibujasen dos pequeñas formas redondeadas, sino que también se alzaran junto a ellas dos pequeños botones.
Gritó tan fuerte que sintió que se le desgarraba la garganta, con una mano quiso taparse, y con la otra golpeó al tal Akrios en plena cara, que al tenerla aún mojada por el baño que se había dado con el monstruo, sonó tan fuerte que Cross puso una mueca de horror.
—¿Qué cojones te crees que haces, mocosa? —masculló entre dientes mientras le agarraba la muñeca con tal furia que el labio se le torció— Te acabo de salvar la vida y así me lo…
—¡Pervertido! —su cara estaba levemente sonrojada por la vergüenza. La mezcla de sentimientos comenzaba a provocarle migraña— ¡Eres un enfermo, un maldito enfermo mental!
Odesa intentó tirar, pero la fuerza que ejercía Akrios era mayor que la suya. Mientras forcejeaba, vio como él dibujaba una repentina y alargada sonrisa al tiempo que se le oscurecía la mirada. De pronto la soltó, y en consecuencia, cayó por la fuerza que estaba ejerciendo para pelear. Gimió por el choque contra el áspero y duro suelo arenoso, no recordaba haber sentido un golpe tan fuerte en su vida.
—Ya estoy cansado de esta mierda —se agachó y la volvió a agarrar del brazo para tirar tan fuerte de ella que salió literalmente volando hasta sus brazos— cállate la boca o te la tendré que lavar —avisó con un tono autoritario al tiempo que se la cargaba al hombro, como si fuese un saco de harina.
—No seas tan rudo Akrios… —susurró Cross a un par de metros tras ellos, que comenzaban a internarse de nuevo en el bosque.
—¿No eras tú el que tenía miedo de una insignificante humana? —rió girando un poco la cabeza y afilando una mirada de triunfo.
Cross agachó la cabeza un poco avergonzado y tragó saliva incómodo. Había escuchado tantas leyendas sobre los humanos y tantas cosas horribles de las que eran capaces, que estaba asustado. Él no era un guerrero ni experto en magia, de hecho, los chicos de su edad solían reírse de él porque el único poder que tenía -si es que se podía llamar así- era la velocidad, y Akrios era la persona con la que mejor se llevaba, por no decir la única.
De donde ellos eran, los débiles estaban considerados basura y poco necesarios, y si encima no te habían salido los cuernos de demonio a una edad determinada, la sociedad demoníaca te consideraba un paria.
Odesa era incapaz de gritar, sentía como la sangre bajaba hasta su cabeza arremolinándose en cada parte. Se retorcía como una culebra porque le ponía realmente nerviosa aquella fuerte presión en las caderas, y Akrios tenía las manos tan grandes que ocupaba hasta el último centímetro de ellas. Se agarraba con ambas manos a la casaca verdosa, a la altura de las caderas de él, que no parecía inmutarse, aunque su cara reflejaba lo molesto que comenzaba a ponerse por sus movimientos.
— ¡Ah…! —se le escapó un pequeño grito de pronto al sentir como su pelo se deslizaba hacia abajo cayendo en cascada— La… la pinza… —estiró una mano hacia el objeto, que descansaba en el camino.
Debido a la extensa capa negra no pudo ver, pero Cross se agachó con cierto temor y agarró entre sus pálidas manos el objeto extraño, al que se quedó observando mientras aceleraba los pasos tras Akrios.
El cabello de Odesa se balanceaba de un lado a otro por los fuertes pasos que daba cuando en aquel preciso instante se dio cuenta de la gran altura de él, porque de haber sido otra persona, la punta de su cabello se estaría arrastrando en aquel momento por el suelo, y sin embargo, le llegaba a él por la parte baja de las rodillas.

—Deja de moverte si no quieres acabar en el suelo —informó Akrios con cansancio.
—Creo que si dejaras de llevarla al hombro como si fuera un saco de patatas mientras saltas sobre todas las rocas que te encuentras por el camino —comenzó a decir Cross con la vista clavada en el interesante suelo—, es posible que deje de gimotear y de perder parte de su escasa indumentaria de humana.
—¡Eh! —se quejó Odesa— Al menos yo tengo mejor gusto con la ropa que vosotros —refunfuñó.
Akrios saltó un tronco caído haciendo rebotar a Odesa sobre su hombro, acción que lo obligó a agarrarla de las caderas con más fuerza cuando estuvo a punto de caer al suelo, donde sin duda, Odesa habría aterrizado con la cara.
La chica bufó cansada mientras la cabeza le rebotaba arriba y abajo con la cortina de pelo ahora enmarañada e impidiéndole ver nada, así que con unos dedos temblorosos lo apartó a un lado y miró lo que había frente a ella, Cross. Estaba refunfuñando sobre alguna cosa y parecía distraído con su pinza, no dijo nada, pero Odesa dio gracias mentalmente al muchacho por recogerla cuando se le había caído, al fin y al cabo, era un regalo de sus padres.
—¿A dónde vamos? —le preguntó, y este alzó la vista dándose cuenta de que le estaba preguntando a él.
—A sacrificarte como a un corderito —respondió Akrios divertido.
—No estoy hablando contigo, salvaje —protestó la chica. No hubo respuesta por parte del que la cargaba más allá de un gruñido.
Momentos más tarde, Cross pareció dignarse a responder, pero con cierta cautela.
—Vamos a llevarte al consejo —dijo mirando hacia un lado con cierta incomodidad.
—No hace falta que le des explicaciones Cross. Cuanto menos sepa mejor —lo reprendió el otro aflojando cada vez más el agarre de la cintura de la chica al notar que ya no se movía como una serpiente.
—Bueno… —dudó.
—No —sentenció.
—Perfecto —añadió tajante—. He de asimilar que esto no es un sueño, que me lleva a cuestas un antipático demonio que parece desayunar limones con sal y que su amiguito va a resultar ser un mentecato incapaz de mirarme a los ojos ahora que sabe que no tengo cuernos ni saco rayos láser por los ojos.
Cross alzó la vista y la taladró con la mirada. Sus ojos azules le reprochaban el haberle llamado mentecato.
—Ya vamos mejorando —Odesa sonrió cuando el rubio la miró aunque fuese ligeramente enfadado, y es que Odesa odiaba que al hablar no la mirasen a la cara. Este se ruborizó y a ella le hizo gracia el gesto inocente.
Al final ni el tal Akrios ni Cross dijeron una palabra referente al lugar al que la llevaban ni qué iban a hacer con ella, así que volvió a dejar que su cabello colgara como una cortina. Era angustioso y se preguntaba qué había sido de Yuri, o de aquella persona que una vez conoció y que se hacía llamar así hasta el momento del muro.
Tan obcecada en sus cavilaciones estaba, que se percató bastante casi una hora más tarde que habían entrado a un lugar oscuro cuando la pregunta que le hizo el rubio al otro rebotó y resonó varias veces con un frío eco.
—Volveré luego a por ella. Era mi cuchillo favorito y ese maldito Fugrah  hizo que la perdiera —respondió Akrios, y su propio eco repitió las mismas palabras un par de veces más.
Odesa sumó dos más dos y apartó de su cara la cortina de pelo oscuro.
Estaban en una cueva, y justo cuando acababa de procesar esa información sin saber bien cuanto tiempo había estado en las nubes pensando en Yuri, la iluminación del exterior la cegó momentáneamente obligándola a cerrar los ojos. Acababan de salir de una enorme piedra que para nada se parecía al exterior de una cueva.
—En realidad estábamos en un túnel de piedra —como si el rubio supiera lo que se estaba preguntando le respondió sin más—. Hemos estado un buen rato caminando cuesta abajo y otro cuesta arriba, pero creo que… —vaciló porque no sabía si seguir, pero Akrios no le cortó ni reprendió por sus palabras— tus ojos de humano no son capaces de percibir de la misma manera que los nuestros.
Ella alzó las cejas.
—Seguro —afirmó la chica—, pero los tuyos son más como los míos y sin embargo eres un demonio.
El semblante de Cross quedó cubierto por la sombra de algo oscuro. Él frunció el ceño y su boca quedó rígida como un palo al igual que su cuerpo, que parecía estar conteniéndose de no echar a correr dejándolos allí.
Odesa iba abrir la boca pero Akrios lo impidió con un repentino anuncio, y ella no supo si lo hizo para ayudar al otro o porque no podía estarse callado.
—Ya hemos llegado.
—¿Te importaría darme la vuelta para que le de un vistazo al lugar tenebroso? —preguntó— Es para mentalizarme —indicó con cierta guasa.
Se la bajó del hombro con el mismo cuidado que con el que la cargó en los baldíos, ninguno. Después se cruzó de brazos indicándole que podía mirar y que le perdonaba la vida simplemente por el mero hecho de existir y respirar su mismo aire.
Odesa se sacudió el pijama sucio y aun húmedo para cruzar segundos después los brazos a la altura del pecho y no dejar así ver nada de su poco atractivo cuerpo a aquel energúmeno que seguro se reiría de él.
Al girar la cabeza para ojear la pocilga en la que seguramente vivirían, Odesa no se imaginó ni por un pequeño segundo que aquello que se alzaba ante sus ojos era mucho más antiguo que las pirámides egipcias. Mucho más allá de lo que habría esperado, se extendía una gigantesca metrópoli de casas bajas a excepción de una enorme torre blanca que se ubicaba en lo alto de una baja meseta, observó que a ella se accedía por lo que parecía un larga escalera que salía de la ciudad por un lateral, sintió un pequeño ahogo solo de pensar tener que subir por ella, pues habría miles de escalones.
Descendiendo por un amplio campo verdoso y en línea recta desde donde estaban, se encontraba el principio del camino de piedra que llevaba a un puente bastante basto, por el cual se podía cruzar un ancho río que por lo que Odesa dedujo, atravesaba la gran ciudad.
Parpadeó varias veces ante lo que veían sus ojos. Los diferentes sonidos y olores que le empezaron a embriagar con retraso, y su estupor por lo que estaba viviendo, la hicieron flotar en una nube haciéndola caminar hacia adelante sin percatarse de lo que hacía, hasta que las risas de unos niños jugando muy a lo lejos la sacaron del aturdimiento.

6 Comentarios:

Yadira dijo...

otro capitulo mas que me deja super intrigada... >///<
quiero saber que va a pasar con odesa después de que la lleven al consejo ^.^

muchas gracias por el capitulo 2...ahora me dejan con las ansias de leer el capitulo 3 xD ♥♥♥

Unknown dijo...

cada vez me encanta mas *.**.* A ver, q le pasa a Ody en el consejo, la dejaran quedarse? o no?
esperando el capitulo 3....!

PD: el nombre del bicho de agua podria ser o kraken (ya que pegaria)
o kelpie (me encanta el nombre *.*)

Okaa-san dijo...

@Nayra chan En realidad el nombre del Fugrah es ese tras pensarlo, lo que el comentario final del capitulo es un comentario que le puse en el word a Mai y que se le devió olvidar quitar xD

Estamos con el 3, bueno, estoy , ya que soy yo la que lo retrasa todo xDD

Patry_92 dijo...

Simplemente genial >.<
necesito el capítulo 3! =) jejeje no está bien dejarnos con tanta intriga =P
esperaré con ansias el siguiente capítulo ^^

Dorimar dijo...

¡Saludos! Soy Dori dori de Mientras
Lees y ahora tengo blog propio.
http://labellavitadidori.blogspot.com/

Me encantaría que formarás parte, visitándolo y dejándome saber tu opinión. Si te gusta no dudes en seguirlo, para mi sería ¡un honor y verdadero gusto!

Gracias por leer este mensaje.

Abrazos y galletas,
Dori dori

CerezaDeliciosa dijo...

¿Qué va a pasar con Odesa ahora? ¿quiénes serán los del consejo? ¿qué habrá pasado con yuri o belfegor? >_< esto se esta poniendo cada vez más interesante *.* ya quiero que haya un romance apasionado pronto ♥_♥ >///<

 
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